dimarts, 24 de novembre del 2015

EL DIARIO DE MARÍA

Sábado 2, de Abril, 2018

Soy María, tengo 20 años, vivo en Lleida en el barrio de Cappon pero ahora estoy estudiando arquitectura en Barcelona. Mi vida es normal solo hay un problema, soy celíaca.

Eran las ocho y estaba recogiendo mis cosas para irme ha pasar el fin de semana con mi familia.

Ya son las nueve y acabo de encender el motor del coche. No sé si mis padres estarán en casa. Le he enviado un mensaje a Clara, mi hermana, diciendo que ya iba para casa.

El viaje ha sido muy largo, estaba impaciente, pero por suerte ya estaba en casa.

Salgo del coche y me voy directa a la puerta, llamo al timbre y nadie me contesta, vuelvo a llamar, me abre la puerta mi hermana con el pijama y algo adormilada, lo primero que hago es achucharla, la echaba de menos.

Llevamos un rato hablando en la habitación de mi hermana, y al cavo de media hora aparecen mis padres. Me saludan con gran ilusión y me dan una bolsa donde había unos pantalones preciosos, les doy las gracias y un beso en la mejilla a cada uno. Mi hermana repite la acción, ya que le han comprado una camiseta muy bonita.

Mi madre empieza a hacer la comida, nos ha dicho que hará macarrones, como soy celíaca los preparará sin gluten así que no hay ningún problema.

Estaba con mi padre en el comedor viendo las motos, a mi no me gustan, pero quería pasar tiempo con él. Mientras me preguntaba cómo me iban los estudios. La verdad es que voy muy bien, soy una de las mejores.

Eran las 13:30 y mi madre nos llamo para que fuéramos a comer. Mientras comemos me pregunta mi madrea sobre la Universidad, otra vez.

Cuando acabamos de comer me toca a mi sacar la mesa, que aburrimiento, yo era la típica chica que no sabía cocinar y me daba pereza hacer las tareas domesticas. Cuando acabo mi hermana me pide que la ayude en los deberes, y a mi me encanta ayudarla así que le he dicho que si, como en los viejos tiempos.

Cuando acabamos de hacer los deberes miro la horas y ya son la cinco, y aun mis padres siguen durmiendo. Le digo a Clara que vaya a despertar a mamá y yo a papá.

Le despierto pero seguía con los ojos cerrados, seguía intentando que se despertara hasta que se levanto, le dije que queríamos ver una película con palomitas.

Junto a mi hermana hemos descargado la película mientras mis padres hacían las palomitas.

Nos sentamos en el sofá y empezamos a ver ocho apellidos andaluces. A mí me toca comer mis propias palomitas sin gluten, así tengo más para mí.

Cuando acabamos de ver la peli mi hermana se fue a dormir sin cenar, decía que tenía dolor de barriga.


Le dije a mi padre que para cenar quería ensalada ya que casi no tenía hambre.

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